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Historia de la Sastrería...

Actualizado: 16 dic 2020




La sastrería es el arte de diseñar, cortar, coser, ajustar, fabricar y terminar prendas. La palabra sastre viene del latín “sartor”, que significa remendón, costurero. Y "sartor" viene del verbo “sarcire” que significa coser o zurzir. Precisamente de ahí por ejemplo deriva sartorial. La historia de la sastrería es tan antigua como la humanidad.

En la cultura británica taylor (sastre, en castellano) proviene de la palabra francesa, tailler, que significa "cortar". La palabra "taylor" en inglés aparece por primera vez en el Oxford Dictionary en 1297.

El arte de adaptar la ropa en la Edad Media tenía como misión principal el crear prendas de lino acolchadas y personalizadas que se usaban bajo cota de malla para proteger al usuario del roce con la armadura pesada. De esta específica ocupación surgen los primeros gremios de sastres que nacieron en Europa.





Durante el Renacimiento, las túnicas sueltas tradicionales usadas por ambos sexos comenzaron a acortarse, dando lugar a la aparición de nuevas prendas, y a las demandas por estilos concretos, lo que propició la aparición de sastres especializados. La ropa ahora era algo más que un artículo de primera necesidad, era una forma para que las personas pudieran expresar su estatus social.

La importancia de los sastres lo comprobamos en algunos privilegios, como el del Rey Enrique I de Inglaterra que otorgó privilegios reales a los sastres de Oxford en el año 1100. El Gremio de los sastres de Londres recibió armas reales en 1299. En Francia, los talleres de sastres recibieron una carta real en 1293 y en 1588 todos los sastres franceses se unieron bajo el único gremio de Maitres Tailleurs d'Habits.

Los primeros tratados de sastrería fueron publicados en Castilla en el siglo XVI, como son el Libro de geometría y traça realizado por Juan de Alcega en 1580 y Geometría y trazas para el oficio del sastre elaborado por Diego de Freyle en 1588. Ambos tratados tienen el objeto de establecer un patrón de vestido y dar instrucciones a los sastres para que economicen a la hora de elaborar las prendas estableciendo nuevas técnicas de medición. Además están llenos de consejos a los aprendices para que sean más precisos a la hora de elaborar las prendas.



Desde sus primeros días, el oficio de sastre se enseñaba por los maestros de los talleres instruyendo a los aprendices, que eran aspirantes a sastre. Los aprendices se entrenaban en moldear telas de lana a la forma del cuerpo del cliente.


Los talleres eran propiedad de un maestro sastre, quien era la cara del negocio y que cortaba la mayoría de las prendas. La forma en que cada sastre cortaba esas prendas suponía la creación de un estilo característico. Debajo de los cortadores se encontraban los oficiales, que eran responsables de algunas de las partes menos exigentes, como era el crear el acolchado, coser forros y bolsillos y agregar mangas y cuellos a las prendas. En la parte inferior de la jerarquía estaban los aprendices, que eran responsables de mantener la tienda limpia y hacer los recados. Una vez que terminadas esas tareas, podrían aprender los conceptos básicos de la costura. Considerando que no existían máquinas de coser, algunas prendas requerían el trabajo de más de un sastre al mismo tiempo. Muchos se sentaban uno al lado del otro o uno frente del otro con las piernas cruzadas para trabajar simultáneamente la misma prenda. En francés, la forma de sentarse con las piernas cruzadas todavía se llama "assis en tailleur" o "sentado en pose de sastre".

Primer retrato de un sastre pintado por Giovanni Batista Moroni.


El primer manual en inglés es The Taylor’s Complete Guide, que se publicó en 1796. Después de eso, siguieron varias guías influyentes, incluidas Compaing y Devere’s Tailor’s Guide en 1855, que influyó decisivamente en el desarrollo de la sastrería y muchos aspectos de lo que se expone en esta guía han llegado hasta nuestros días.



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